Los suelos son un punto clave en el diseño de la cocina. Zona de tránsito y de trabajo, el suelo tendrá que hacer frente a muchos retos. Por eso, es fundamental elegir el que mejor se adapte a nuestras necesidades y combinar estética, practicidad y durabilidad.
Actualmente, disponemos de muchas opciones para escoger, teniendo en cuenta el grado de resistencia, porosidad, diseño y precio. Si sigues dudando, acércate a una de nuestras tiendas TPC Cocinas y te asesoraremos. Mientras tanto, te contamos los pros y los contra de las diferentes opciones más utilizadas en suelos de cocina:
Piedra natural, elegancia y atemporalidad
La piedra natural es usada desde siempre en cocinas. Atemporal y de gran belleza, la podemos encontrar en diferentes materiales como la pizarra, el granito o el mármol, entre otros. Lo que la convierte en especial es justamente su carácter natural y las variaciones de la superficie que hacen que cada pieza sea única y diferente a las otras.
Al ser un material muy resistente, es duradero y de fácil mantenimiento. Su principal inconveniente es que suele resultar más caro y costoso de instalar que otros tipos de suelo.
Gres cerámico, tradición y delicadeza
Los suelos de cerámica o gres esmaltado resisten bien la humedad y el vapor y son fáciles de limpiar. Existe un amplio abanico de opciones para escoger, en diferentes colores, acabados, estampados e incluso con imitación a piedra natural o madera.
Comparado con el gres porcelánico, el cerámico es más delicado, ya que en su superficie esmaltada resaltan más las grietas, arañazos y roturas. Teniendo en cuenta que es un material frágil y que se rompe con facilidad, no está de más que a la hora de comprarlo se adquieran piezas de más, por si en algún momento hiciera falta sustituirlas.
Gres porcelánico, el todoterreno de los suelos
Las ventajas del gres porcelánico son múltiples: ofrece una gran variedad de colores, texturas y formatos; es uno de los materiales más resistentes y duraderos; es antideslizante e impermeables; es fácil de limpiar y mantener. Es por eso que es uno de los materiales más utilizados en la cocina. Su gran versatilidad permite combinar el mismo material en suelos, encimeras o revestimientos de la cocina, para conseguir un diseño armonioso y con estilo.
Es verdad que no transmite el carácter ni la calidez que aportan otros materiales como la madera o la piedra, pero sus extraordinarias propiedades y su precio asequible lo convierten en una elección acertada.
Una de las últimas tendencias es utilizar piezas de gran formato con bordes rectificados para minimizar el impacto de la junta y así, mantener una continuidad visual y ofrecer la sensación de amplitud en el espacio.
Madera, calidez de un hogar
La madera tiene la capacidad de crear ambientes cálidos y acogedores, también en la cocina. Por mucho que otros materiales se acerquen a su acabado, lo cierto es que la madera es inimitable.
Cada lámina de madera es única y diferentes a las demás, como la piedra natural, y eso le confiere una naturalidad y una elegancia incomparable. Al ser un material que nunca pasa de moda, puede adaptarse perfectamente a estilos completamente diferentes.
Podríamos decir que el único inconveniente es su vulnerabilidad contra la humedad, las manchas y las rayaduras, y, aunque existen tratamientos de protección y reparación, hay que tener en cuenta que requerirá de un mantenimiento especial, incluso en su limpieza diaria.
Una opción muy usada por los amantes de la madera es combinarla con otro tipo de materiales, como el porcelánico o las baldosas hidráulicas. De esta manera, sobretodo en cocinas abiertas al salón a la zona común, conseguimos una continuidad visual y estética de los espacios y, a la vez, protegemos la zona más expuesta al agua y otros elementos con un material más resistente.
Laminados, los más versátiles
Los suelos laminados ofrecen una estética similar a la madera pero sin el inconveniente del mantenimiento específico. Actualmente, existen imitaciones muy conseguidas y disponibles en una gran variedad de tonos y acabados. Es verdad que no consigue la calidez y exclusividad de la madera, pero, gracias a la capa resinada del laminado, se garantiza la protección y resistencia y facilita la limpieza.
La gran ventaja es que se instala muy fácilmente, incluso encima del pavimento antiguo, y soporta bien el paso del tiempo, la humedad, las manchas y el sol.
Vinílicos, los más decorativos
Los suelos de vinilo están de moda gracias a su versatilidad y durabilidad. Si hace unos años su calidad quedaba un poco en entredicho, actualmente existen múltiples opciones con diferentes grados de dureza y resistencia, aptas para todos los bolsillos.
Su principal característica, al estar fabricados en PVC, es su resistencia al agua y la facilidad de limpieza. Además, se pueden instalar directamente sobre un suelo ya existente y son de gran ayuda para las reformas de bajo presupuesto o para darle un toque diferente a la cocina en cualquier momento.
Esta versatilidad también se convierte en su peor enemigo, ya que si no se aplican bien, el vinilo, con el paso del tiempo tiende a levantarse o puede decolorarse por el efecto del sol.
Hidráulicos, la artesanía en el suelo
Aunque muchas veces se les ha confundido con el gres cerámico, el suelo hidráulico es un material mucho más poroso y delicado. Es por eso que el principal enemigo de las baldosas hidráulicas son las manchas, por lo que, aparentemente, no sería el material más adecuado para la cocina. Pero su gran aporte estético y artesanal compensa la decisión, ya que el hidráulico es el encargado número uno de dar el toque vintage a cualquier espacio, incluida la cocina.
Microcemento, para los más atrevidos
Estamos acostumbrado a verlo en cocinas de estilo más industrial, pero la verdad es que el microcemento está cada día más en auge ya que, probablemente, sea la superficie que mejor ofrece la visibilidad continua en los espacios grandes.
Su bajo espesor y su gran adherencia facilitan su aplicación, incluso encima del suelo anterior. Eso sí, no se trata de un material impermeable, por lo que si lo utilizamos en cocinas hay que aplicarle varios tratamientos para impermeabilizarlo y protegerlo.
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